Estaba en un lugar y el forro de De Narváez me llamaba para pasarme a buscar porque "es muy inseguro el camino a mi casa". Yo pensaba: "Si todo el día hablo mal de este hijo de puta no le puedo pedir que me haga un favor". Entonces le decía que no y él se ponía mal, pero se lo hacía entender y me dejaba de romper las pelotas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario