Estoy soñando mucho con pizzas últimamente. Ayer me dormí una siestita y soñé que comía pizza y me desperté con ganas de comer pizza. Por suerte en la heladera había dos porciones: una de provolone y otra calabresa. Las tosté un poquito y me las comí.
Tampoco es que me guste tanto la pizza. Cuando era chica me empaché una vez después de comer pizza y por un tiempo largo no comí más. Hace algunos años volví de nuevo, porque es casi imposible no comer pizza.
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