viernes, 5 de marzo de 2010

Los sueños en El libro de los abrazos


Los sueños de Helena
Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:
-Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.
Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía el sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.

Viaje al país de los sueños
Helena acudía, en carro de caballos, al país donde se sueñan los sueños. A su lado, también sentada en el pescante, iba la perrita Pepa Lumpen. Pepa llevaba, bajo el brazo, una gallina que iba a trabajar en su sueño. Helena traía un inmenso baúl lleno de máscaras y trapos de colores.
Estaba el camino muy lleno de gente. Todos marchaban hacia el país de los sueños, y hacían mucho lío y metían mucho ruido ensayando los sueños que iban a soñar, así que Pepa andaba refunfuñando, porque no la dejaban concentrarse como es debido.

De El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano

1 comentario:

  1. Chory Bondi (nahuel)5 de marzo de 2010, 7:46

    Excelente!!!
    Nunca me lo pasaste el blog!!!
    Abrazo de Malinowski

    ResponderEliminar