Hoy me dormí una siesta nociva, porque el flaco que puso el primer siestario de la Argentina dijo en el programa de radio de Tenembaum que no conviene dormir más de 45 minutos y yo me pasé como hora y media torrando.
Ahora bien, en ese tiempo me pasó algo genial. Soñé que era hombre, el dueño de una empresa, con Rachel Griffiths de secretaria. Me convertía en el increíble Hulk, sentía como todos mis músculos se agrandaban y se ponían verdes. Entraba un viejo canoso a matarme y yo lo tiraba por la ventana. Después entraban dos clones de él y yo les robaba sus ametralladoras y les disparaba. Rachel se tiraba por la ventana y caía sobre el techo de un helicóptero. Mataba al piloto y manejaba ella. Se ponía al lado de la ventana rota de mi oficina y yo me tiraba adentro.
¡En mis sueños soy un héroe de acción!
Ahora bien, en ese tiempo me pasó algo genial. Soñé que era hombre, el dueño de una empresa, con Rachel Griffiths de secretaria. Me convertía en el increíble Hulk, sentía como todos mis músculos se agrandaban y se ponían verdes. Entraba un viejo canoso a matarme y yo lo tiraba por la ventana. Después entraban dos clones de él y yo les robaba sus ametralladoras y les disparaba. Rachel se tiraba por la ventana y caía sobre el techo de un helicóptero. Mataba al piloto y manejaba ella. Se ponía al lado de la ventana rota de mi oficina y yo me tiraba adentro.
¡En mis sueños soy un héroe de acción!