"Al acostarme soñé con Demian y con el escudo de nuestra casa. Este cambiaba constantemente. Demian lo sostenía en sus manos y tan pronto aparecía pequeño y gris commo grande y pintado de vivos colores; pero mi amigo me explicaba que, a pesar de todo, era siempre uno y el mismo. Por último, me obligaba a comérmelo y de pronto sentía, con espanto indecible, que el pájaro heráldico adquiría vida en mí y comenzaba a devorarme las entrañas. Presa de mortal angustia, desperté."
"Un cierto sueño o una fantasía, constantemente repetido, llegó a adquirir máxima significación. Este sueño, el más importante y tenaz de toda mi vida, era aproximadamente, como sigue. Yo regresaba a la casa paterna. Encima de la puerta resplandecía el pájaro heráldico, amarillo sobre fondo azul. Mi madre salía a mi encuentro; pero cuando yo entraba y me disponía a abrazarla, no era ya ella, sino una figura nunca vista, alta y majestuosa, parecida a Max Demian y a mi primer dibujo; pero, al mismo tiempo, distinta y, a pesar de su arrogancia, completamente femenina"
Demian, Herman Hesse